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miércoles, 11 de septiembre de 2019

La madre recatada y el chico de la calle 2


Continuación del relato de Max Lasse


Ramón Antonio, el chico de la calle, continúa sus encuentros con Ana, la bella y refinada señora de clase media, que también era pretendida por muchos tipos. Ésta vez decide follarse a la suculenta mamá por su hermoso culo, ya saben que es historia real.

Había transcurrido una semana desde que la bella Ana y aquél desconocido chico de la calle empezaron su prohibida relación y también desde la primera vez que hicieron apasionadamente el amor. Los días pasaban normales, ella lo trataba como a cualquier vendedor desconocido cuando se cruzaba con él por las calles de aquel vecindario de clase media, por lo que nadie nunca sospechó de que ella tenga algún favoritismo por el chico. Ramón Antonio siempre buscaba una excusa para ir a la casa de Ana y hacían el amor como locos, pero siempre lo mismo, ella se lo chupaba, él le hacía lo mismo a ella, luego la hermosa señora se ponía en 4 pues sabía que al chico le encantaba cogérsela en esa pose mientras le agarraba sus carnosas nalgas y dejaba que se corra sobre su cuerpo, siempre era igual, claro que por ese tiempo ella le obligaba a usar condón.

Es un sábado por la tarde, Ramón Antonio estaba con sus amigos en la “Casa Colorada”, una construcción abandonada que de día las parejas ardorosas de colegiales la usaban a modo hotel por un rato y que por las noches servía a drogadictos y alcohólicos de refugio. Sus amigos eran mayores que él, la mayoría rondaba los 19 y 20.

Estaban ojeando unas revistas porno, cuando uno de ellos decía:

- “Mira que rico se va coger a esa tía por el culo… que suerte tiene ese mugroso refugiado” dijo mostrando la imagen de la revista




-“¡Guau! Que nalgotas tiene esa señora, se parece a la señora Ana…” Dijo otro



-“Siií…” exclamó otro… “Imagínense a esa señora en lencería siendo empalada por atrás…”

-“Se sólo pensar cómo serán sus gemidos se me hincha la verga”

-“Haría lo que sea por cogerme a una señora como ella y reventarle su blanco culo…”

-“Que dicen compas? Si ella estuviera con uno de nosotros… Seguiríamos siendo amigos verdad?”

-“Creen que le gusten chicos jóvenes?”

-“No se… No lo creo” dijo otro
-“Dicen que a algunas les gusta jovencitos…”

-“Tú qué dices Ramón Antonio? Estás muy callado?”

-“Pues no se… Parece que necesita semen joven jeje…” Dijo Ramón Antonio mientras sus panas rompían a carcajadas.

La conversación con sus amigos lo puso cachondísimo, aquél chico quería algo más de ella, algo que muchos tipos y chicos de su edad deseaban cada vez que veían pasar a esa hermosa y refinada señora, él quería poseer todo el cuerpo y pues le faltaba el culo de ana. Aún no le había pedido que lo dejara metérsela por atrás, así que ya era el momento de decírselo.



Fue el lunes, Ana entraba a la tienda a hacer sus pequeñas compras, ese día ella iba con un pantalón fino tipo calzas, tacones negros y una blusa blanca escotada.
Al pasar por la calle un ciclista que pasaba por ahí le chifló y le dijo -"Mamacita, que rica estas".
Ana sonrío acostumbrada a los piropos, desde su juventud, por la forma de vestir de ella le parecía sorprendente la manera en que aún a sus 39 años, levantaba pasiones adondequiera que iba. Ahora le complacía recibirlos.
Al entrar a la tienda se encontró con dos chicos Alfonso y Luis amigos de Ramon. Ella les sonrío y les dijo

 "¿Hola, chicos, cómo están?".

Ambos al verla sintieron el estomago vacío pues siempre habían deseado a Ana haciendose decenas de pajas en su honor.
Mientras ella escogía las compras ellos se turnaban para platicar con la señora, y mirar su imponente trasero, pues sobre la ajustada lycra se podían adivinar los contornos de un calzón tipo bikini en ( V ) que se le incrustaban un poco entre las nalgas ... Más de una vez estuvieron tentados a tocarlo deteniéndose solo por el pensamiento y el castigo que sufrirían de parte de la señora.

Saliendo de allí se cruzó con Ramón Antonio que ofrecía sus plantas en la esquina de siempre. Pasó todo el día con la verga dura imaginando como le hacia el culito por primera vez a su madura amante.  Se la imaginaba en cuatro patas como una perra, alzando su hermoso blanco y rechoncho culo hasta que ver su huequito posterior. Se imaginaba introduciendo un dedo y luego dos, conforme se iba dilatando, para luego acercar la punta de su largo pene y empezar a penetrarla despacio. Disfrutando el glorioso momento, para luego empezar a lanzar fuertes embestidas y finalmente derramar la cálida esencia de su juventud en ese hermoso agujero posterior.

 Pero a todo eso se preguntaba si ella iba a aceptar. Tenía dudas, pues en uno de sus encuentros sexuales ella estaba montándose y él le acarició las nalgas para luego introducirle un dedo por atrás. Ella reaccionó y le sacó la mano de allí, él se hizo el que no paso nada y ella se hizo la desentendida  siguiendo moviéndose encima de él.
Pues bien pensaba en esa reacción, pero todo se resuelve hablando así que decidió proponérselo ese mismo día.
Al salir de la tienda, Ana le preguntó por una de sus plantas y luego de una mirada cómplice y disimulada le dijo: “Esta bien niño, por favor podrías llevármela a mi casa?...” “Como usted diga señora…”. Ninguno de sus amigos, vecinos ni vendedores que transitaban por esas limpias calles, se imaginaban lo que estaba pasando entre la esposa de Don Rafale Rubio, el ingeniero Petrolero de Poza Rica, y aquél chico desconocido, y ninguno de los dos hablaría de eso, tal como se habían prometido.

Una hora después él estaba tocando el timbre de la casa, ella hizo que pasara y cerrando la puerta lo recibió con un beso cálido. Lo tomó de la mano y fueron a la sala.

"¿Porque no te das una ducha corazón?" Le dijo Ana mientras miraba con una sonrisa que expresaba deseo como iba al baño.

Ella se había sentado en el sillón y aguardaba a que su joven amante vuelva para comenzar la acción. El chico ya estaba desnudo en la ducha, con la verga parada, aguantándose las ganas de jalarsela ahi mismo.
Al rato se secó con una toalla y salió de allí.

"Ven bebe" Le dijo golpeando suavemente el sillón a su lado.

El chico se sentó deseoso de comenzar. Ana lo tocó suavemente, primero desde el pecho y fue bajando de a poco hasta el abdomen. Lo masajeaba de a poco. Podía ver como su bulto crecia en sus shorts. Fue bajando hasta llegar a sobarle la verga sobre el short. Estaban cómodamente sentados sobre el sillón grande de la sala, con sus caricias hizo que su verga se ponga dura como una roca.



Entonces comenzó a bajarle el short, y su verga salió disparada como un resorte.

"Espera Ana" 

El chico sacó su telefono movil. 

"No fotos no Ramoncito" 

"No es eso Ana, quiero mostrarte algo" Dijo dirigiendose a su galeria de videos y poniendo uno.

En el video habia un tipo encima de la mujer penetrándola por la vagina, cuando de pronto saca su miembro y hace que ella se coloque en cuatro patas. Y en términos vulgares le dice que se la va a meter por atrás, y claro la actriz lo aceptó con una sonrisa de complicidad y placer, y en seguida empezó a introducirle, lentamente, su verga por el ano de ella.
 Ramón notó que Ana se quedaba expectante de este acto sin decir palabra, pero no vio ningún temor en su mirada. Sólo curiosidad, entonces se animó a decirle lo que deseaba:

"Quisiera hacerle eso…"

"¿Quieres metérmela por atrás?"

"Sí, su culo es lo más hermoso de su cuerpo, y quiero tenerlo."

"Pero me da miedo, dicen que es muy doloroso."

"¿O sea que nunca se lo han hecho por atrás?"

"Sólo tuve una pareja sexual, y no, nunca dejé que me lo haga por allí."

"Pues entonces yo seré el primero, ¿me deja?"

"Tengo miedo, Marlon, me puedes lastimar."

"Tendré mucho cuidado, ¿Qué dice?"

"Bueno, está bien, pero ten cuidado".

"No se preocupe señora, le va gustar."

Luego de eso fueron a la habitación, se echaron en la cama y empezaron a besarse apasionadamente, las manos de Ana recorrían el delgado cuerpo del chico. Su verga se paró como nunca antes y lo sobaba en su vientre.
Ramón Antonio le acariciaba los senos, y se las ingenió para sacarle el sostén por sobre su blusa, lo logró y sintió las preciosas tetas sobre la suave tela de la blusa.
La bella y recatada señora Ana estaba bastante excitada. Gemía con desespero mientras que su joven amante le apretaba, sobaba y peñiscaba los pezones. Explorando todo el entorno de sus senos. Luego bajó su mano derecha y alcanzó sus piernas, las separó buscando tocar su sexo por encima del pantalón lycra y la masturbó sobre su prenda con sus dedos medio e índice.
Era delicioso ella estaba a punto de estallar de placer, lo sabía por sus gemidos. Ana le agarró su cabeza y la aplastó contra sus senos, luego él se puso tras de ella y sobó su verga sobre la suave y fina tela del ajustado pantalón como simulando una penetración.

Comenzó a bajar lentamente la calza y ella comprendió que debía ponerse en cuatro, la posición que más le gustaba a él y así lo hizo. Con su calza bajada hasta su cintura le mostró su hermoso culo aún con su ropa interior puesta, pero era excitante ver como el calzón bikini ( V ) se le metía en toda la raya de su culo. Eso le dio una idea a Ramón Antonio.
Empezó a acariciarle sus rechonchas nalgas, las estrujó y apretó con ganas, como si las estuviera amasando. Ella alzó más su trasero y luego cogió la parte superior de su calzón y lo jaló hacia arriba para que el hilo que estaba metido en su culo se sobara con las paredes y el hueco de su ano; esto la encendió, contorneaba su culo de un lado a otro y notó como la prenda se empapaba con los jugos provenientes de su cálida vagina.
El chico se detuvo nuevamente para terminar de quitarle las calzas dejándola en calzón y con los tacones puestos, luego la jaló tirándola a la cama y tendiéndose sobre ella apuntó la cabeza de su pija hacia su vagina, hizo a un lado su calzón y la introdujo de un solo empujón.

Ana lanzó un pequeño grito de placer, no le fue difícil metérsela pues ella estaba bastante mojada. El chico empezó un movimiento rápido de atrás hacia delante y por ratos se movía en círculos, ella estaba en cuatro y el metiéndosela frenéticamente mientras le agarraba las nalgas y las usaba como asas para lanzarse con más fuerza en cada embestida.
 Ella le pedía que se la siga metiendo, que no pare, hasta que no pudo más y entre gritos y gemidos y palabras algo incoherentes tuvo un abundante orgasmo que inundó sus testículos.

Descansaron un momento. Él se echó detrás de ella, estaban de costado, entonces cogió su pene y empezó a sobarlo en medio de esas carnosas nalgas. Ana entendió lo que se venía, y entonces el chico la tomó de sus caderas y la colocó en cuatro nuevamente.
En la ventana con la persiana bajada que daba a su balcón vio reflejada la imagen del chico, observaba como su aprendiz la veía con ojos de deseo, con ardiente pasión y apretando duro los labios por la pasión. Sentía como le acariciaban la espalda y con sus manos el muchacho le apretaba y le acariciaba los senos. Ante este escenario, la hermosa mamá bajo la cabeza y se entregó; el chico le tomó sus nalgas y empezó a amasarlas, eran suaves como el terciopelo y al estar agachada parecía un corazón enorme.

 "Qué belleza de culo" pensó él, no esperó más, se acercó al orificio de su ano y lo lamió.

 Pasó su lengua en ese agujero, era la primera vez que a Ana le hacían algo así, a ella le gustó, le pedía que siga, pero no por mucho tiempo.

El chico tomó su pene con las dos manos, como siempre, y lentamente se lo introdujo a la señora en su vulva húmeda. Desde esa posición él podía ver fácilmente como entraba y salía su pene envuelto en una suave humedad. Retuvo un poco la respiración, vio lo bien mojado que estaba su pene y con un leve esfuerzo le introdujo lentamente en el culo de la señora.



Ella reaccionó instintivamente, pero era tarde, Ramón Antonio la tenia dominada, no podía zafarse de él. Ella vio como el muchacho la tenia ahora tomada por la cintura, sentía como poco a poco el chico le metía su enorme pija por el culo.

No había dolor, el sobresalto no permitió que el dolor se presentara. Ella no podía creer que ese muchacho desconocido actuara de esa forma tan básica, animal y deliciosa. Ana sabía que no debía hacer resistencia alguna, pues dolorosa se podía convertir esa penetración. Así que trato por todos los medios de relajar su cuerpo para sentir como ese hermoso manjar le entraba y le salía. La vista de la hermosa madura era impresionante, aquel culo blanco, grande y bien formado por las horas del gym latía.




- ¡Aaaahhh! - Gimió ella mientras la verga del chico penetraba las perfectas, gordas y apetecibles nalgas de Ana.

 A cada centímetro que entraba producía en ella gemidos de gozo, mientras él sentía la opresión que ese deseado culo le daba a su verga.

-¡Señora…, señora…, qué rico me la estoy cogiendo, señora…!  -Gritó Ramón Antonio

- Ayyyy mi niño… coges muy rico dijo ella con su voz agitada



-Aah Siempre quise cogérmela así! PLAF PLAF PLAF era el sonido que acosaban los cachetes de sus nalgas

-Siempre quiso cogerme verdad mi niño? Preguntó jadeando-

-¡Si señora Ana, siempre me la quise coger! El chico le sujetó más fuerte sus caderas para que no se le fuera a escapar

-Aaaahh Así mi niño, así mi amor, ¡no pares! ¡NO PARESSS!

-Aaaahh señora!! Cada vez que la veía me la quería coger

-Oooohhh mocoso pervertido, cójase a esta señora que tanto quería

- Quiero que sea solo mía señora -Dijo en tono jadeante mientras recordaba que sus amigos querían cogerse a la señora Ana …


-¡Si mi niño, soy solo tuyaaaa! Respondió ella sin poder respirar y Ramón Antonio agilizó sus movimientos, en un momento su pene se salió del culo de Ana debido a la rapidez con la que lo hacía, apuntó de nuevo hacia su orificio anal poniendo su glande apoyado en el ojete rosado de aquel blanco culazo y de un empujón la penetró y se lo metió de una sola estocada…



-¡Aaaahh! ¡Más duro amor más duro! La hermosa y recatada esposa fiel de Don Sánchez le suplicaba a aquel desconocido chico que se la metiera por atrás.
-¡aaaaah señora que nalgotas mamacitaaa!

Estuvieron al menos 10 minutos con arremetidas y vaivenes. Fue muy excitante, el culo de Ana empezó a palpitar, su verga y el esfínter palpitando sobre él hacía que su placer fuera enorme, Ramón Antonio ya estaba al borde de la eyaculación y se lo hizo saber.

-¡Me corroooo Señoraaaa, me corrooooo! –gritó el chico desesperado cogiendo las carnosas nalgas de Ana con ambas manos, él sentía que ya estaba por correrse…
-¡Oooh siii! ¡Córrete mi amor! – dijo la mamá de Daniel apretando más su culo –Lléname de leche mi amor.



Finalmente el chico eyaculó en el trasero de Ana. Se corrió en su culo como nunca antes lo había hecho, chorro tras chorro saliendo de su verga, dejándola bien llena de su leche mientras seguía con leves movimientos hasta que al final dejé todo dentro de ella. Ana sintió el escozor de la leche caliente en su interior. Quedaron exhaustos, satisfechos y se durmieron unos minutos.

Fue fantástico, Ana, ni con mi propio marido pudo disfrutar tanto, Ramón Antonio se salió de ella y se quedó acostado a su lado, ambos quedaron cansados y cubiertos de sudor. Ana estaba boca abajo temblorosa, excitada, con sus blancas nalgotas en pompa y con su ano bien abierto lleno de leche chorreando.

Al cabo de un rato se metieron a bañar, ya estaban en la regadera cuando ver a Ana de espaldas a él con sus hermosas y respingonas nalgas rosadas hizo que otra vez Ramón Antonio tenga la verga bien parada. El chico tenia las hormonas revolucionadas, algo propio de su edad, y bajo el chorro de la ducha caliente la tomó de sus caderas y se la volvió a coger frenéticamente por el culo, pues no sabía cuándo iba a tener otra oportunidad así que la aprovechó al máximo.

"Ohh OHH  OHHH ... Despacio amor"

Mientras Ramón Antonio se la cogía, la hermosa madura recordaba aquella primera vez que sorprendió a aquel chico de la calle pajeándose en la ducha, pero esta vez él le comía a besos el cuello y la oreja para luego desde atrás sodomizarla a gusto penetrando salvajemente el carnoso culo de esa hermosa y recatada esposa que gemía de placer y recibía nuevamente de su joven semental intermitentes chorros de lefa mientras ahogaba sus gemidos en el vapor de la mampara de la ducha.

El haberle sido infiel a su esposo despertó en Ana la puta que llevaba dentro, desde ese día cuando ella se queda a solas se ha cogido tantas veces al muchacho de la esquina, satisfaciendo todas sus fantasías, que nadie en su familia ni su vecindario lo ha sospechado hasta hoy.



El humor de la señora Ana desde ese día cambió para siempre.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

excelente relato mejor aun con los gifs y las fotos la paja es estupenda

Anónimo dijo...

Buenisimo relato Maxmass!! Ojala sigas haciendo relatos tan buenos como este con ese estilo tan tuyo de maduras culonas y pandilleros sigue asi