¡Que graciosos son los compañeros de trabajo de mi mujer! Miren lo que
grabó uno de ellos mientras el otro le chupaba las tetas a mi esposa. Lo
que peor me sentó es que mi mujer, lejos de enfadarse, se reía
alegremente mientras la lamían las tetas. Supongo que en el viaje algo
más que chuparla las tetas hicieron. Me temo que hasta se la follaron y
grabaron el polvo que la echaron.
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