El
otro día me peleé con mi mejor amigo porque me dijo que había
visto a mi madre prostituyéndose en la calle. “A mi madre no la
insulta ni Dios”, le dije; y le pegué tal puñetazo que le mandé
directo al hospital.
Unos
días más tarde recibo un mensaje de mi amigo que decía:
“¿Con
qué nadie se mete con tu madre, hijo de puta? Pues mira como se la
mete el gordo este”
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