He aquí un relato que había sugerido un lector una vez y hace tiempo tenía ganas de hacer. Espero que lo disfruten y lo llegue a ver aquel que dio la idea. Lo completo con algunas imagenes para hacer estimular la imaginación.
Tu madre y tu equipo de fútbol
Capitulo 1
Era un domingo por la mañana
cuando tu equipo estaba por jugar la semifinal del torneo de fútbol 5.
Realmente habían dejado todo para llegar a esa instancia. Bien podría aplicar
la frase “sangre sudor y lágrimas”.
Y tú, un jugador sin ninguna
habilidad destacable estabas teniendo tu pequeño momento de gloria.
Tal vez no te sobraba talento
pero si ponías actitud y te esforzabas en ayudar al equipo. Después de todo te
tocaba ser defensa.
No era precisamente lo que tú
querías pero era el puesto donde te pudiste adaptar. Un puesto ingrato la
mayoría del tiempo si los hay. No harías el gol de la victoria pero tal vez
podías evitar que otro lo haga.
Pero hablemos un poco del
resto del equipo.
En la delantera estaba David,
un tipo alto y flaco que hacía muchos goles. El as de espadas del equipo.
Jugando un poco más atrás y cumpliendo también funciones de recuperación se
encontraba Ivan, un chaval que parecía tener un motor de auto en vez de
pulmones.
Y tu compañero de saga pero
que jugaba más en el mediocampo además de defender, Jose. Era el nexo entre el
ataque y la defensa, la salida limpia, la visión y el corazón del equipo. Por
algo era el capitán.
Por último se encontraba
Tony, el arquero. Un tipo grande como un oso que tapaba todos los balones que
llegaban a la portería.
También debemos nombrar al
entrenador. Ernesto, un tipo bonachón pero no el más idóneo para el rol.
El partido aún no había
empezado. Todos sus amigos y conocidos estaban en las gradas. Las novias de los
muchachos estaban alentándolos. También se encontraba allí tu madre. Tu única
invitada, tan incondicional como siempre. Estaba sentada alrededor de varios
amigos de David. A la izquierda de ella habían varios y en la fila superior
detrás de ella otros 4.
Tu mama no pasaba
desapercibida. Su encanto de mujer madura llamaba la atención. Además, las
demás chicas eran las parejas de tus compañeros. Tu madre vestía una camiseta y
unos jeans ceñidos al cuerpo. Ejercía una especie de imán sobre los presentes
que cada tanto le echaban el ojo.
Al darse cuenta de que la
estaban mirando paso su mano sobre sus morenos cabellos haciéndolos a un
costado. Y es que tu madre estaba buena. Tal vez tenía unos kilos de más. Pero
créeme que se distribuían bien en su cuerpo. Yendo a donde deben ir.
“Uff mira esa mami madura.
Que morbo” Dijo el delantero del equipo contrario a un compañero antes de
comenzar.
Tú escuchaste todo y no
pudiste molestarte más.
“Maldito, a ver si sigue
diciendo esas estupideces cuando comience el juego” Dijiste para ti mismo.
Lamentablemente fuiste tú el
que no pudo sostener las palabras. Nunca pudiste parar a aquel habilidoso
jugador. Más de una vez quedaste en ridículo.
Tony salvó al equipo evitando que pudiesen anotar. Y fue el primero en
reprocharte.
No parecía ser tu día.
Estabas incómodo y desconcentrado. Mirabas a las gradas y veías a los amigos de
David hablando con tu mama.
“Presta atención!” Te
recriminó David. Rápidamente fuiste a marcar a un contrario que se acercaba a
la portería. Jose tomó el balón para hacerse cargo del equipo.
Mientras tanto, uno de los
chicos que estaba en la grada posterior a tu madre miró impunemente su culo y
pudo ver como se le veían las bragas. Golpeó con el codo a su amigo para que
mirase también y ambos reían como adolescentes tontos.
“Vamos, focalizado en el
partido” Te decía el Director técnico. Que daba indicaciones genéricas que no
aportaban mucho.
Jose le dio un pase largo a
David que definió de media vuelta marcando el primer gol del partido.
“Gooooool” gritó la tribuna
levantándose de sus asientos. Tu mama aplaudía como una chica ingenua.
“Como me gustaría aplaudir esas nalgas” Dijo el que le estaba mirando el
trasero.
Respiraste aliviado. Quizá
ahora podrías sacarte un poco de presión de encima. Y así fue, estabas mas
liberado. Poco a poco ganabas confianza y te animabas a mas.
“ Vuelve” Te indicó Jose.
“ No vayas tanto al ataque”
Continuó diciendo.
Desafortunadamente el capitán
tenía razón. Quisiste lucirte con movimientos propios de un crack de futbol
pero aquel delantero rival te quitó el balón e inició el contragolpe. Eludió a
Ivan fácilmente y corrió con una velocidad de un puma hacia la portería. Jose
fue a su cruce pero no pudo detenerlo. Tony intentó achicarle el ángulo todo lo
que pudo pero fue inútil. La colocó en la esquina inferior izquierda. Nada pudo
hacer Tony, no llegó a agarrar ese balón y la tribuna rival festejó con júbilo.
El delantero miró hacia donde estaba tu madre y le dedicó el gol lanzándole un
beso. Su cara de alegría contrastaba con la tuya mientras tú te acercabas a tu
campo y él al suyo. No olvidarías la cara de David. Nunca viste un ser humano
tan enojado. En verdad quería matarte.
“Vamos chicos, no se
desanimen” Dijo el entrenador.
Pasaron pocos minutos y se
fueron al descanso.
Ahora si tu confianza estaba
por los suelos. No miraste a David en todo el descanso. El entrenador siguió
dando unas indicaciones.
Tu mama se levantó de su
asiento para ir a comprar algo para beber pasando por delante de los amigos de
David que no hicieron mucho para no rozarla.
“AYY” Exclamo al resbalarse. Sujetándose en las piernas de uno de ellos.
“Cuidado señora”
“¿Está bien señora?”
Claro que no perdieron la oportunidad
para sujetarla bien y tocarla un poco.
“Sisi, estoy bien. Gracias
chicos”
Al irse bajaron los demás
amigos de David a esa grada.
“ Vieron el culo que se
carga? Uff.
“Se le veían las bragas desde
allá atrás jaja”
Cuando volvió los otros
chicos estaban en su costado derecho. Quedando ella en el medio.
No volverías a cometer esa
clase de errores. Que el gol lo haga David o Ivan pensaste. Tú no estabas para
eso.
Y así empezó el segundo
tiempo. Jugabas de una forma muy precavida. Dando pases seguros y evitando
arriesgar innecesariamente.
Le dabas el balón a Jose para
que se arregle mientras defendías cerca de Tony. La lucha era pareja. Veias
como Jose se la pasaba a Ivan procurando que hagan un gol y pudiesen ganar. Y
sufrías cada vez que la perdían y se venía el contragolpe rival. Cada vez que
veías acercarse hacia la portería a ese delantero tus inseguridades se
acrecentaban.
Fuiste a marcarlo y te hizo
un túnel. Dejándote en ridículo.
“Que malo es” Dijo uno de los amigos de David.
“Cámbienlo” Grito otro de
ellos.
“Nos hará perder”
“Oigan. No le digan esas
cosas a mi hijo” Dijo tu madre mientras Jose recuperaba ese balón con mucho
esfuerzo.
“El es tu hijo?”
“Si, así es!. Apóyenlo. Que
eso no lo ayuda en nada!”
Parecía darles gracia. No lo
sé.
“Vamos hijo!” Grito tu mama
saludándote con su mano.
Te avergonzaba aún más.
“Si vamos número 2, tu
puedes” Te vitoreó uno de ellos acercándose a tu madre.
“Vamos equipooo!” Ahora todos
se habían unido abrazados, claro que con tu madre en el medio apoyando al
equipo.
Entre tanto movimiento a uno
de los chicos se le cayo un poco de bebida y…Manchó la camiseta de tu madre. En
la parte del pecho claro. Por supuesto que no perdieron la oportunidad de
apreciar sus pechos.
El equipo no pasaba un buen
momento en el partido. Resistía como podía. Con mucho esfuerzo. Pronto el
aliento comenzado por aquellos locos fue contagiando al resto. Dándoles un poco
más de valor y Jose se hizo dueño del balón otra vez. Eludía a uno, hacia una
pared con Ivan y se la devolvía a David. Jugaba y hacia jugar. Pero claro que tú
no hacías nada de eso.
Los amigos de David seguían
abrazados cantando y uno de ellos bajaba cada vez más la mano hacia la espalda
baja de tu madre.
Ivan amagó y luego se la pasó
a David que sacó un potente disparo. El portero llegó a rozarla y el balón se
estrelló en el poste.
“UHHHHHHHHH” Se escuchó desde
las gradas.
Para ese momento la mano del
joven ya estaba cada vez más abajo. Lo cual no le gustó nada a tu señora madre.
Otra vez se vino el contragolpe
y Tony tapo otra clara chance de gol. Incluso tú se la sacaste a un rival que
llegaba solo al área.
Miraste sin entender bien que
estabas mirando. Tu madre parecía enojada recriminándole algo al amigo de
David.
“Vamos la mamiii” Decían
mientras la sujetaban más. Invadiendo su integridad física.
Tú tenías el balón.
“Pásamelo” Dijo José.
Y eso hiciste. Un débil pase
que quedó a mitad de camino. Intentaste arreglar el error corriendo a toda
velocidad pero el delantero rival llegó antes. El si era un crack, el sí era
habilidoso y con un gran movimiento te dejó por el camino haciendo que te caigas.
Quedando en ridículo. No había palabras para describir como habías quedado a la
vista de todos en ese momento. El delantero corría a toda velocidad dominando
con gran maestría el balón. Todos los corrieron pero estaban más lejos. No
llegaron a alcanzarlo y esta vez no la colocó en una esquina. Sacó un disparo
infernal que casi le vuela las manos a Tony haciendo que el balón golpee con
gran violencia la red.
José estaba de rodillas,
vencido. David sin poder creer lo ocurrido. Ivan le hablaba a Tony pero tu no
escuchabas nada. Estabas perdido en tus propios pensamientos. Y tirado en el
suelo claro.
Volvieron a sacar del medio.
Pero fue inútil. Ya no existían recursos futbolísticos para dar vuelta la
contienda. No había espíritu ni ánimo tampoco y estaban muy cansados de tanto
desgaste.
Claro que no terminaría allí.
Sufrirían otro golpe más quedando 1-3. Les habían dado vuelta el resultado.
Estaban perdiendo de la forma más dolorosa. No pasó mucho más tiempo para que
te fueras expulsado por darle una patada a un rival. Estabas lleno de
impotencia. Irónicamente el equipo jugó mejor con 3 jugadores de campo que
contigo. Pero nada pudieron hacer.
Había sonado el pitazo. Tú
estabas destrozado. Eras claro responsable de que el equipo no haya llegado a
la final. Después de pasar por tanto sacrificio para nada.
Tu madre fue a tu encuentro
bajando de las gradas.
“Esperare en el auto” Dijiste
muy enojado. No
Querías ver a tus compañeros
y por eso no fuiste al vestuario.
“Que pena que una mami así
tenga un hijo tan idiota” Dijo el amigo de David.
Dentro del vestuario el ánimo
era el peor. Era evidente el enojo de David y la desazón de Jose. El director
técnico intentaba dar palabras de aliento en vano. Luego movió la cabeza para
los costados y salió de allí encontrando a tu madre en la puerta.
“Señora Teresa, que hace
aquí”?
“ yo…Tengo que hablar con
ellos”
“Y el chico donde se
encuentra?”
“Esta en el vehículo. Se ira
conmigo. El podrá esperar”
“Bueno. Yo…” Dijo Ernesto y
como siempre no importaba mucho lo que tenía para decir.
Tu madre iba a entrar a ese
vestuario. Necesitaba hablar con tus compañeros sobre lo ocurrido Y ella sabía muy
bien lo que tenía que hacer…